La literatura infantil nos ofrece un acceso al imaginario de los niños y niñas, es decir, a la recopilación de imágenes simbólicas que aparecen y perviven en la literatura desde siempre. Mediante la lectura de cuentos y la realización de actividades sobre ellos podremos, además de introducirnos en ese mundo simbólico que nos muestra la literatura, desarrollar nuevos aprendizajes y contribuir a la formación de la personalidad. También es importante tener en cuenta la función socializadora que ejerce la literatura tanto fuera como dentro del aula, aunque ya muchos libros no están tan orientados a lo didáctico o instructivo, como ocurre en nuestro cuento, Juan y las judías mágicas, o en Peter Pan.
Desde muy pequeños los niños/as conocen y manejan los usos literarios del lenguaje. Es decir, dominan los juegos repetitivos, entienden las fórmulas de inicio y final de los cuentos y están familiarizados con el uso de la voz para distintos personajes. Sabiendo esto no nos debe resultar complicado pensar que los niños/as tengan capacidad para entender los cuentos que les presentamos aunque tengan un lenguaje cargado de palabras desconocidas para ellos. Asimismo, debemos tener en cuenta que un contacto bueno, agradable y divertido con libros infantiles, así como actividades adecuadas para ellos/as, pueden propiciar el gusto por la lectura desde las edades más tempranas.
A lo largo de este blog, desarrollaremos las actividades que hemos diseñado para trabajar el cuento de “Juan y las judías mágicas”. Este cuento nos parece muy atractivo para los niños/as, ya que es una apertura hacia la experimentación y les permite transgredir los límites de la realidad y dar rienda suelta a su imaginación. Asimismo, permite a los niños/as sentirse identificados con él, puesto que el personaje de la historia es un niño como ellos/as que se ve envuelto en una gran aventura.
El texto, a su vez, es interesante, ya que trabaja con elementos mágicos, cosa que no sucede en el día a día, en la vida de los niños/as. Para ellos/as, “el rompimiento del orden preestablecido en los cuentos de hadas, no es algo anómalo para el niño, que contempla los hechos con elemental lógica. La suya. Al niño le trae sin cuidado la verosimilitud del relato. Lo que le importa es que tales acaeceres lo resuelvan…”, por lo que puede ser un libro que a los/as pequeños/as les experimentar numerosas veces. (Coords. Cerrillo & García Padrino. 1990)
“Nosotros nos inclinamos por la estimulante receptividad con el que el niño los acoge, por la potenciación de la capacidad crítica, por las decantaciones que se rinden en su vida emocional y por el empuje que imprimen a la imaginación y al despliegue de la fantasía.”
Otro de los aspectos que más nos ha gustado acerca de esta obra es que está libre de estereotipos y de sujeciones didácticas o moralizantes en sí, puesto que el protagonista termina robando a un ogro.
Nuestra intención es que los/as niños/as disfruten del cuento por su historia, personajes, paisajes y, que estos, les motive e inciten a la aventura. Además, este relato resulta llamativo para los niños y niñas más pequeños por el uso del arquetipo de elementos mágicos como son la gallina de los huevos de oro y las judías mágicas.
La idea de que el protagonista del libro sea un niño como ellos ayuda a que los pequeños lectores puedan sentirse identificados con él, lo que ayudaría a favorecer su espíritu aventurero, las ganas por descubrir o investigar cosas nuevas y extrañas. Además, pueden meterse en la piel de Juan y sentir la curiosidad que siente él cuando ve la planta gigante que llega al cielo, sobre qué habrá allí arriba, cuando sube y descubre lo que hay, si lo pillará el ogro, etc. Son elementos muy llamativos para los/as niños/as que hace que la curiosidad esté patente.
Este cuento puede ser el punto de partida de actividades muy diversas y variadas que abarcan diferentes ámbitos, como la dramatización, la psicomotricidad, las matemáticas, el conocimiento del entorno o de la sociedad.
Aunque a lo largo del libro se usa un lenguaje sencillo y asequible para estas edades, incorpora nuevas palabras que enriquecerán su vocabulario. Por otro lado, observamos que el cuento está narrado en estilo directo, ya que el narrador introduce lo que dicen los personajes de forma literal, favoreciendo la “integración” de los oyentes o lectores en el cuento a través de la dramatización. Así, este estilo, nos permitirá cambiar el tono de voz usado para interpretar a los distintos personajes.
Igualmente, cuenta con unas ilustraciones atractivas y coloridas que facilitan la interpretación del cuento, hecho que consideramos importante en la literatura destinada a niños/as de estas edades, puesto que si todavía no dominan correctamente la lectura, pueden seguir la historia con ayuda de las imágenes. Además, “el niño en su elementalidad, es capaz de percibir y apreciar determinadas formas primarias de belleza.” (Coords. Cerrillo & García Padrino, 1990)
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