Desarrollo de la actividad:
Comenzaremos la actividad con la lectura del cuento, para posteriormente en la asamblea hablar sobre los aspectos que más nos han gustado y encarrilar la conversación de modo que terminemos centrándonos en las judías mágicas. Les explicaremos a los niños qué son las judías y les representaremos tres tipos de ellas: las judías negras, las blancas y las pintas. Luego, les preguntaremos a los niños qué harían ellos si tuvieran una planta mágica que creciera hasta el cielo, y les propondremos plantar cada uno nuestra propia planta. Cada niño elegirá el tipo de judía que más le guste para plantar.
Comenzaremos la actividad con la lectura del cuento, para posteriormente en la asamblea hablar sobre los aspectos que más nos han gustado y encarrilar la conversación de modo que terminemos centrándonos en las judías mágicas. Les explicaremos a los niños qué son las judías y les representaremos tres tipos de ellas: las judías negras, las blancas y las pintas. Luego, les preguntaremos a los niños qué harían ellos si tuvieran una planta mágica que creciera hasta el cielo, y les propondremos plantar cada uno nuestra propia planta. Cada niño elegirá el tipo de judía que más le guste para plantar.
Primero, decoraremos cada uno un vaso de plástico con pegatinas. Cogeremos un trozo de algodón, lo mojaremos bajo el grifo y luego lo escurriremos. Una vez escurrido, liaremos las judías en el trozo de algodón y las meteremos en nuestro vaso.
Después, dibujaremos cada uno nuestro propio castillo en un folio y lo decoraremos con los colores que más nos gusten. Recortaremos el dibujo y lo pegaremos en un palito de pincho moruno con celo, y este a su vez al vaso también.
Al día siguiente comprobaremos si nuestras semillas mágicas han crecido tan rápidamente hacia el castillo como en el cuento o si las nuestras son un poco más lentas. Después dibujaremos en cuatro fases cómo pensamos que va a crecer nuestra planta mágica, para así poder ir observando día por día el proceso que hemos dibujado.
Como última parte de la actividad, le pediremos a los niños que imagen quiénes son los personajes que viven en sus castillos y se lo contarán al resto de compañeros a la vez que les presentan el dibujo que han realizado.
Justificación:
He escogido esta actividad porque, entre otras cosas, me parece interesante poder propiciar a partir de un cuento tradicional que todos conocemos, como Juan y las judías mágicas, un acercamiento de los niños a los seres vivos, a sus características y a sus funciones, además de fomentar actitudes de respeto y cuidado hacia estos.
Por otro lado, con esta actividad también se desarrolla la imaginación y la creatividad. Permite a los niños diseñar su propio castillo e imaginar quiénes son los inquilinos de él. Asimismo, la actividad es en todo momento una fuente de motivación y expectación por el crecimiento de la planta; conseguimos con ella relacionar directamente el mundo del cuento con el mundo real. Para los niños es mágico el hecho de que de algo que han plantado ellos salga con planta. A lo largo de la actividad, se propicia un proceso de sensibilidad estética, tanto en el desarrollo de las actividades plásticas como en el momento de la lectura del cuento y su posterior puesta en común en la asamblea.
Otro aspecto trabajado es la competencia comunicativa, ya que tanto al principio de la actividad en la asamblea como en el momento en el que los niños tienen que contarle al resto de compañeros la historia acerca de quiénes viven en sus castillos, se trabaja la escucha y el diálogo. Esto a su vez, también pone en marcha procesos de socialización, puesto que los niños deben respetar el turno de palabra y mostrar respeto hacia sus compañeros y sus creaciones. De igual modo, al final del curso, podrán llevarse sus plantas a casa, explicarle a sus familias cómo hay que cuidarla y seguir haciéndolo junto a ellos.
Como resultado de toda la actividad, además se obtiene un aprendizaje significativo, puesto que los niños pueden observar y experimentar son su propia planta, observando cómo crece y comprobando si se corresponde a como ellos pensaban al principio cuando dibujaron cómo crecerían las semillas plantadas.
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